...pero una no siempre tiene todo el tiempo que necesitaría para hacer todas las cosas que cree que debe hacer. Siempre digo que para hacer todo lo que quiero, necesitaría que los días tuvieran el triple de horas, y también necesitaría dormir la mitad!
Bueno, el miércoles fue un día de "bajón" lógico por haber dormido
mucho la noche del concierto. Ayer fue otro tipo de bajón, no sé definirlo pero no me salió ninguna entrada para el blog. Tenía como ese picor de la obligación, pero no me animé a escribir nada. A cambio, me puse al día con otros temas y "deberes", como ponerme al día en Ka-Tet Corp. (o como le llamamos cariñosamente, el "ka-tet"), hacer unas cosillas con el InDesign y bueno, la vida doméstica.
Así es que, aquí estoy, viernes por la tarde. Como cada viernes, "casual", o sea, que es el único día que puedo traer tejanos al trabajo. Así que muy "casual" pero aún así trabajando (ahora mismo no, evidentemente) y deseando salir de aquí.
¿Por qué? Pues porque entre otras cosas, nos vamos a pasar el fin de semana a la montaña, al Montseny. Sí, Cliff se quedará solito a guardar la casa.
Podría contar cosas de estos días, sobre todo contar el concierto, pero para el concierto escribiré una entrada especial, porque se lo merece. Fue un concierto épico, espectacular.
Uno de los efectos colaterales de tener poco tiempo para el blog, es que no sólo no estoy al día y no actualizo mi blog, sino que no puedo leer todos los que suelo leer todos los días. Me he dado cuenta de que son muchos, al ir entrando para comentar según qué entradas. Es impresionante darse cuenta de que dedico casi más tiempo a comentar los blogs de los demás (los vuestros) que a escribir en el mío. Y con mucho gusto lo hago.
Y para no dar más la brasa (¿veis como no sé resumir ni ser concisa?) contaré algo que me pasó ayer cuando llegaba a casa. Aparqué cerca de donde aparco muchas veces, pero no exactamente en el mismo sitio, sino en la otra acerca y un poco más atrás. Esto está a cien metros de casa más o menos, en mi misma calle. Y cual fue mi sorpresa cuando vi a un perrillo pequeño parado frente a un portal. Era un perro monísimo, de esos a los que sería imposible atribuirle una raza pero que sin embargo son preciosos. Pues ahí estaba, y me miró a los ojos. Estaba allí solo, y me miraba y miraba la puerta, así que pensé:
es un perro muy formal, no le pasará nada si le dejo aquí porque tarde o temprano sus dueños bajarán a buscarlo Y ya me iba a ir, pero hacía algo de frío ya, y estaba anocheciendo, el perrito me miraba a mí, y miraba la puerta...y pensé, o más bien me sentí obligada a, hacer algo. Así que con todo el morro que no tengo, y unas ganas locas de que el perrillo volviese a su hogar, piqué al timbre de uno de los pisos.
- Hola... esto... ¿es vuestro un perro que hay aquí abajo?
- Err, no, pero espera que ahora bajo.
Efectivamente, el tío bajó, y aunque me dijo que no era suyo, empezó a decir que creía que era del vecino de arriba (era una finca con pocos vecinos). En ese momento bajó otro vecino y dijo que sí, que era del vecino. Así que me dieron las gracias y me fui.
Como era en mi misma calle, y teníamos que ir a hacer unas cosillas por ahí, me quedé en la calle, vigilando desde lejos qué pasaba con el perro. No sé si bajó el dueño o no, la cuestión es que lo hicieron entrar y me sentí un poco mejor.
No es que fuera una buena obra ni nada, el perro estaba esperando pacientemente allí y no iba a ser atropellado, pero hacer eso me hizo pensar en como a veces, si queremos, podemos superar nuestros miedos y tabúes. Soy una persona muy tímida y hace unos años evitaba si podía incluso ir a comprar sola, para no tener que dirigirme al dependiente de turno. Era tímida de una forma enfermiza, pero bueno, creo que todo se puede superar. De hecho, ahora ya soy (casi) normal. xD Uno puede cambiar si quiere, aunque no sea a veces el camino más fácil.
Por cierto, ya vuelvo a llevar gafas. ^^
Publicado en Sonia Unleashed
Post creado por Sonia Rodríguez