viernes, 12 de junio de 2009

Cosas que me hacen sonreír



Hay tantas cosas que en un momento dado nos pueden hacer sonreír o que merecen la pena, que intentar hacer una lista es de locos. Pero como eso a mí no me importa mucho, intentaré hacer esa lista aunque quede incompleta y me olvide de lo más importante, porque quizás otro día ya no me apetezca sonreír ni tampoco escribir sobre sonrisas.

Pero hoy es viernes y tengo muchos motivos para estar contenta y por eso quiero rendir homenaje a esos momentos o cosas que a menudo, y por pequeñas que sean, me dan alegrías, grandes, pequeñas o enormes.

Así que ahí va mi lista de cosas que me hacen sentir bien:

- En las ocasiones en que me encuentro algo baja de moral, me hace sentir genial que los de siempre se preocupen por mí, claro, pero suele ser un extra recibir por ejemplo un correo electrónico de alguien con quien apenas tengo contacto y se preocupa por mí. Eso me hace sentir a veces incluso un poco culpable de sentirme mal, por estar triste por cosas pequeñas (cuando lo son) cuando hay gente por ahí que ni sospecho que me quiere o me aprecia y se preocupa por mí.

- Tener un hombro en el que llorar. Porque, antes o después, siempre hay que llorar o estar triste. Las lágrimas esperan pacientes a que las sonrisas se apaguen. En esos momentos, sería horrible no tener nadie en quien confiar y a quien abandonarse.

- Cuando hablo con alguien para animarle y realmente consigo animarle. Eso me hace sentir genial. Supongo que no soy tan mala después de todo ¿no? Es fácil reconfortar o intentarlo, y normalmente todo el mundo lo agradece... Esto creo que le gusta a casi cualquiera, pero además en mi caso interviene mi pequeño talento de psicóloga no titulada.

- Cuando veo que algo que siempre he deseado está un poco más cerca, aunque sólo sea un poquito... aunque sólo le haya robado unos centímetros a los kilómetros que me faltan para alcanzarlo.

- Cuando salgo de trabajar un viernes y hace sol... a veces sonrío sola yendo hacia el coche.

- Cuando salgo de trabajar un viernes y no hace sol... a quien vamos a engañar, el clima sólo es accesorio.

- Conducir con Carlos a mi lado y buena música, con la carretera por delante y sin horario. Me encanta conducir. Aunque llueva o haga muchísimo calor, tener la sensación de que podrías conducir todo el día y que el coche podría llevarte a donde sea... es algo insuperable. Me encanta sentir la brisa cuando saco la mano por la ventanilla, o escuchar cómo la lluvia martillea el techo de mi 206 en invierno. Todavía recuerdo una ocasión en Cádiz en que volvíamos de Sevilla, y habíamos dejado el coche en Puerto Real. De ahí hasta San Fernando, donde vivía, sería un trayecto de 10-15 minutos. Esa noche había una tormenta tremenda allí cerca, y se veía perfectamente mientras íbamos en el coche. No quería llegar a nuestro destino, pero por supuesto, uno siempre llega a su destino y siempre encuentra algo que supera con creces el camino recorrido, si se lo propone.

- Tener la capacidad de creer y confiar en algo. Aunque haya en realidad tan poco en lo que merezca la pena confiar y mucho menos que haga méritos para que lo crean. Aunque crea en muy pocas cosas, sé que mis convicciones son razonadas y justas.

- Tener gustos raros que casi nadie comparte conmigo. La sensación friki de sentirse especial por chorradas es de lo más friki, en sí misma. xD

- Ver fotos de otras vacaciones en un lugar que visitaré próximamente. Realmente me parecieron unas vacaciones maravillosas y estoy deseando repetirlas. En realidad, me hace sonreír ver fotos casi de cualquier tipo, fotos de esas que traen buenos recuerdos porque sirven para rememorar momentos muy buenos. Las otras... las tiro. Así los recuerdos sólo pueden ser buenos.

-Cansarme. Cuando salimos a correr por ahí, y acabo cansadísima, me duele todo, sudo por todos los poros, huelo fatal... me encuentro muy bien, porque sé que después viene la ducha y el descanso. Cuando caminamos por toda Barcelona y al final casi ni siento los pies. Cuando... después de lo otro. Cuando vamos de viaje y a las seis de la tarde ya estamos molidos de ver y hacer cosas. Cuando paso toda la semana trabajando, no puedo con mi alma y aún así hacemos un montón de cosas el fin de semana.

- Caminar entre la gente y pensar cosas que nadie sospecha.

- Viajar. A donde sea, como sea... Andando, en coche, en avión, en tren... da igual, siempre que la compañía sea buena y haya ánimos, puedo dormir en cualquier sitio y cualquier sitio por feo que sea, me parece divertido e incluso bonito (recuerda, Carlos, cómo fue lo de Solsona!)

- Hacer algo porque sí, porque me da la gana, que me cuesta un montón de esfuerzo... y terminarlo!! Creo que no hay nada más grande que esforzarse por conseguir hacer algo que realmente gusta. No sé cómo será parir, pero cada pequeño triunfo de esos debe ser algo casi tan grande como eso. Por ejemplo, traducir un libro, es algo que quería demostrarme que podía hacer, y lo hice. Creo que tengo genes vascos. xD

- Tener razón (casi) siempre.

- Un beso. Húmedo y prolongado, breve y casi etéreo, desesperado, con una sonrisa, con sabor a lágrimas, bajo la lluvia, al sol, besos después de más besos, besos de reencuentro... cualquier tipo de beso de amor puede hacerme feliz. Por supuesto, quedan fuera los besos en la mejilla que se dan por compromiso!! Yo hablo de besos auténticos, sobre todo besos en los labios.

- Esos días en los que por lo que sea se acaba comiendo muy tarde, tengo un hambre terrible... y por fin puedo comer tranquila, y cosas que están ricas.

- El cariño que demuestran los animales. Es algo muy especial.

- Cuando cansada hasta el extremo, con un picor insoportable en los ojos y después de mantenerme despierta a duras penas, puedo dormir por fin.

- Cuando hace un calor horrible y me ducho. Me siento tan fresquita después... El placer se multiplica por dos si me ducho acompañada. O por diez.

- Dormir acompañada. Esta última semana tenía tos, muchísima tos, no podía dormir bien porque me daban ataques cada noche, me costaba dormirme y por supuesto Carlos no podía conciliar el sueño así, de modo que tuvimos que dormir en habitaciones separadas durante una semana... han sido mis peores noches en mucho tiempo, me sentía tan sola con toda la cama para mí... Cuando la noche del jueves por fin pudimos dormir juntitos... no me lo podía creer!!

- Engancharme a un libro, descubrir que quiero dedicar cada momento de tiempo libre que tenga a avanzar un poco más, cuando pienso "sólo un capítulo" y me leo 80 páginas del tirón, y al cabo de dos días descubro que me falta muy poco para terminarlo... con variantes sobre el tiempo y la extensión, esto me ha vuelto a pasar hace poco, con "Juego de Tronos". No es que los otros libros que leo no sean buenos, pero ha sido precisamente éste el que me enganchó hasta límites enfermizos.

- La música. La vida no sería lo mismo sin esas canciones que nos gusta canturrear cuando estamos contentos, o poner de fondo para leer, las que escuchamos en el coche... Y no hay ninguna sensación musical mejor que la de pensar "me apetece escuchar esta canción" y luego llegar a casa y ponerla... dos veces si es necesario.

- La sonrisa de algunas personas... es suficiente para que yo sonría.

- Esas veces en que Carlos me adivina el pensamiento, o se ríe de mí... acabar riéndonos como críos por bromas nuestras o peleando de broma hace que me parta de risa, no falla.

- Las maravillas que puede ofrecer la naturaleza. Las tormentas de verano, las noches estrelladas, un paisaje de montaña, el sonido de un río, la inmensidad del océano...

- La sensación de paz que da el pensar que en realidad no hay nada realmente grave que me preocupe ahora mismo. Todo tiene arreglo, o casi todo.

- Comprarme algo que me gusta. Lo confieso, sí, soy consumista. Pero qué coño, para eso me parto la espalda trabajando! (En realidad difícilmente se podría decir que un trabajo de oficina es agotador en el sentido físico, pero, ¿y el desgaste psicológico, eh? xD)

- Y me he dejado para el final mi principal fuente de sonrisas, risas y todo lo demás... Carlos. Él es mi inspiración, mi fuerza y mi alegría. Porque le quiero más de lo que habría imaginado nunca que se podía querer. Y me veo obligada a agradecerle todo lo que me da... quedándome para siempre a su lado, para seguir dándole todo lo que le doy. Cuando lea esto me matará por poner una foto suya. ;D



Podría continuar la lista, todo el día, hasta el infinito... pero tengo mucho aprecio a mis dedos y ya he escrito bastante. Otro día podría hacer una lista de cosas que me quitan la sonrisa, pero la verdad, no creo que encuentre el momento ni me apetezca.

Hasta otra! Buen fin de semana y a descansar y divertirse mucho. ;D

No hay comentarios:

Publicar un comentario