domingo, 10 de mayo de 2009

Libros leídos en 2009 (X): Lanzarote, de Michel Houellebecq

Ayer me leí, casi de una sentada, este libro de Houellebecq. Ahora mismo soy incapaz de recordar si tengo alguno más por las estanterías o cajones, aparte de Las Partículas Elementales. En todo caso, si tengo alguno, no es éste, y si tengo alguno más, no lo he leído. Pero éste sí, debido a que es de fácil lectura y tiene ciento y pocas páginas.

He leído críticas muy malas de este escritor por ahí. En ellas se dice que siempre escribe la misma novela, que por convención introduce pasajes sexuales sumamente explícitos y sumamente fríos, que su personaje protagonista siempre es el mismo... no sé. Yo qué le voy a hacer, a mí sí me ha gustado.

En esta novela, contada en primera persona, un francés se plantea realizar unas vacaciones a un lugar donde haga sol y viajar sea barato. Tras estudiar distintas posibilidades en la agencia de viajes, le sugieren que vaya a Lanzarote en un viaje organizado. Allí conoce a Rudi, un policía belga, y dos lesbianas alemanas. A través del libro se va contando como interactúan estos cuatro personajes, además de ofrecer descripciones del paisaje desolado de la isla. La edición (de Anagrama, bolsillo), incluye seis láminas con fotografías de Lanzarote en las que, como va descubriendo el protagonista, reside una belleza extraña y diferente.

Colgaré unas fotos, aunque no son las mismas que trae el libro. Como decía, a la vez que nos cuenta lo que pasa entre los protagonistas, introduce
temas como las sectas (de forma colateral,
habla de una secta llamada los Azraelianos,
que en realidad es una secta que existe, los Raelianos, y habla de algunos temas polémicos, como la manipulación genética y otros temas.
Lo que más llama la atención, como siempre en
sus libros, es el desencanto y las pocas ganas de
vivir del protagonista, al que parece que le dé
todo igual y estuviese de vuelta de todo. Supongo
que en algunos momentos todos nos sentimos así,
así que en cierto modo se puede llegar a sentir
simpatía por él.

El libro (¿o más bien debería llamarse novella o relato largo?) termina cuando el protagonista vuelve de las vacaciones a su rutina diaria. Esa sensación de que se termina lo bueno creo que la conocemos todos.

En resumen, el libro me gustó, pero está a años luz de Las Partículas Elementales, que es la otra novela del autor que he leído.

Ahora pondré unos fragmentos, de los que más me llamaron la atención o me hicieron gracia.

...la constituye el Jardín de los Cactus. Diferentes especies, elegidas por su morfología repugnante, aparecen dispuestas a lo largo de caminos pavimentados con piedras volcánicas. Crasos y erizados de espinas, los cactus son el símbolo perfecto de la abyección en la vida vegetal... por no decir algo peor aún.


A nuestros pies había un completo desierto mineral. Y enfrente de nosotros una falla enorme , de varias decenas de metros de anchura., serpenteaba hasta el horizonte, cortando la superficie gris de la corteza terrestre. No se oía ningún ruido. "Así será el mundo una vez muerto", me dije.


...se puede vivir bien sin esperar nada de la vida; es lo más corriente, incluso. En general, la gente se queda en casa, se alegran de que su teléfono no suene nunca; y cuando suena, dejan conectado el contestador automático. No hay noticias..., buena noticia. En general, la gente es así; y yo también.

2 comentarios:

  1. Me he quedado boquiabierta con esas fotos... Wow!

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  2. Voy a ver si encuentro el libro para ponerlo en la lista, que antes o después visitaré Lanzarote y mola tener una visión con la que comparar

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