miércoles, 5 de agosto de 2009

Libros leídos en 2009 (XXII): Guía del Autoestopista Galáctico, de Douglas Adams

Ya hacía tiempo que tenía ganas de leer este libro, pero alguna vez lo empecé y no era lo que esperaba. Vamos, que sí es lo que cabría esperar por lo que dice en la contratapa:

Un jueves a la hora de comer, la Tierra es inesperadamente demolida para poder construir una nueva autopista hiperespacial. Arthur Dent, un tipo de lo más corriente que esa misma mañana ha visto cómo echaban abajo su propia casa, considera que eso supera lo que una persona puede soportar. Pero, desgraciadamente, el fin de semana no ha hecho más que empezar, y la galaxia es un lugar extraño y sorprendente. Arthur huirá de la Tierra junto a un amigo suyo, Ford Prefect, que resultará ser un extraterrestre emparentado con Zaphod Beeblebrox, un pirata esquizoide de dos cabezas que fue presidente de la Galaxia, en la nave del cual conocerá al resto de personajes que lo acompañarán a lo largo de su periplo espacial.

Precisamente esto, una novela de ciencia ficción y viajes espaciales en clave de humor, eso es lo que ofrece el libro, y por eso hay que abordarlo con la mente abierta y sin prejuicios. Guía del Autoestopista Galáctico no se parece a ningún otro libro que haya leído, es algo así como encadenar un gag de humor absurdo con otro, hilvanados por una trama general de viajes espaciales y razas extraterrestres, y aderezados con ocasionales fragmentos de la mencionada Guía. Aunque parezca que no, al final todo lo que ocurre, desde el principio, se explica. Otra cosa es que la explicación tenga sentido.

Me encantó el libro, he pasado muy buenos ratos leyéndolo y al final se me hizo hasta corto. Es ideal para leer en verano, algo ligero pero que a la vez captura nuestra atención.

Hay una parte del libro que confieso que no leí, y es una especie de epílogo que trata sobre la película que se hizo, con entrevistas, etc.

Sobre la película, no la he visto, no sé si la veré aunque me apetece un poco. La verdad es que el trailer parece bastante gamberro, aunque no estoy segura de que se parezca en algo a lo que tengo en mente tras leer el libro. Lo que sí clavan es a Marvin, el robot maníaco-depresivo. xD

Y unas cuantas frases y fragmentos para terminar:

Don't panic
(frase que se lee bien grande en la tapa de la Guía)

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La Guía del Autoestopista Galáctico tiene varias cosas que decir respecto a las toallas.
Dice que una toalla es el objeto de mayor utilidad que puede poseer un autoestopista interestelar. En parte, tiene un gran valor práctico: uno puede envolverse en ella para calentarse mientras viaja por las lunas frías de Jaglan Beta; se puede tumbar uno en ella en las refulgentes playas de arena marmórea de Santraginus V, mientras aspira los vapores del mar embriagador; se puede uno tapar con ella mientras duerme bajo las estrellas que arrojan un brillo tan purpúreo sobre el desierto de Kakrafun; se puede usar como vela en una balsa diminuta para navegar por el profundo y lento río Moth; mojada, se puede emplear en la lucha cuerpo a cuerpo; envuelta alrededor de la cabeza, sirve para protegerse de las emanaciones nocivas o para evitar la mirada de la voraz Bestia Bugblatter de Traal (animal sorprendentemente estúpido, supone que si uno no puede verlo, él tampoco lo ve a uno; es tonto como un cepillo, pero voraz, muy voraz); se puede agitar la toalla en situaciones de peligro como señal de emergencia, y, por supuesto, se puede secar uno con ella si es que aún está lo suficientemente limpia.

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- Así que ya está -dijo Arthur-, vamos a morir.
- Sí -admitió Ford-; a menos que... ¡no! ¡Espera un momento! -De pronto se abalanzó por la cámara hacia algo que estaba detrás de la línea de visión de Arthur-. ¿Qué es ese interruptor?
- ¿Cuál? ¿Dónde? -gritó Arthur, dándose la vuelta.
- No, sólo estaba bromeando -confesó Ford-; al final, vamos a morir.

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Naves poderosas trenzaban su camino entre soles exóticos, buscando aventuras y recompensas por las partes más recónditas del espacio galáctico. En aquella época, los espíritus eran valientes, los premios eran altos, los hombres eran hombres de verdad, las mujeres eran mujeres de verdad, y las pequeñas criaturas peludas de Alfa Centauro eran verdaderas pequeñas criaturas peludas de Alfa Centauro. Y todos se atrevían a enfrentarse con terrores desconocidos, a realizar hazañas importantes, a dividir audazmente infinitivos que nadie había dividido antes; y así fue como se forjó el Imperio.

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- Oye, nos están disparando -dijo Arthur, agachándose y haciéndose un ovillo-. Creí que habían dicho que no lo harían.
- Sí, yo también lo creía.
Zaphod asomó peligrosamente una cabeza.
- ¡Eh! -gritó- ¡Creía que habías dicho que no ibais a dispararnos!
Volvió a agacharse.
Esperaron.
- ¡No es fácil ser policía! -le replicó una voz al cabo de un momento.

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Se topó con un artículo que decía:
"La historia de todas las civilizaciones importantes de la Galaxia tiende a pasar por tres etapas diferentes y reconocibles, las de Supervivencia, Indagación y Refinamiento, también conocidas por las fases del Cómo, del Por qué y del Dónde.
"Por ejemplo, la primera fase se caracteriza por la pregunta: ¿Cómo podemos comer?; la segunda, por la pregunta: ¿Por qué comemos?, y la tercera, por la pregunta: ¿Dónde vamos a almorzar?"

4 comentarios:

  1. Yo he sido incapaz de acabar de ver la película y de leer el libro. El libro me gustaba, esa frase de las toallas por ejemplo es buenísima y recuerdo haberla puesto en el ka-tet, pero sobrepasaba mi capacidad del absurdo así que dejé el libro.
    He de intentarlo en otra ocasión pero no tengo muy claro que lo consiga.

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  2. Otro que no he leído... pero son tantos los libros que dejamos apartados para otra ocasión... que ya he perdido la cuenta.

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  3. Caray! qué imaginación para crearle un argumento a un libro! Desde luego, curioso tiene que ser!

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  4. HOmbre, curioso sí es un rato, pero claro, es una manera de escribir fantasía muy particular, tiene que gustar, o cansa...

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