La Aparición (1572-1631)
Cuando por el desdén, oh mi asesina, yo muera,
Y vos os creáis libre
De todos mis ruegos,
Entonces mi fantasma aparecerá junto a vuestra cama,
Y a vos, vestal impostora, os veré en peores brazos;
Entonces vuestra flama enfermiza comenzará a desvanecerse,
Y él, quien estará, para entonces, cansado de vos,
Pensará, si os estremecéis, o le pellizcáis para que se despierte,
Que estáis pidiendo más,
Y con falso sueño se apartará,
Y entonces desdichado y pobre álamo tembloroso, abandonada
Bañada en un voluble y frío sudor yaceréis
Mucho más fantasmal que yo;
Lo que he de decir, no lo digo ahora,
Para que eso no os prevenga; y dado que mi amor se ha gastado,
Preferiría que os arrepintierais dolorosamente,
A que por mis amenazas permanezcáis inocente.
Muy bonito poema el que has elegido Sonia. Me gustó.Ún beso, Ross
ResponderEliminarEl primer tangazo arrastrao de la historia, sin ninguna duda. Saludos de otro Donnero.
ResponderEliminar